El disfrute, la ilusion y el comerciar

La gran conquista de nuestros antepasados los Fenicios fue su capacidad de mercadeo a lo largo y ancho del Mediterráneo …

De ahi sabemos que nuestra sociedad es mejor si cuando mercadea atesora disfrute y colma ilusiones …

Por eso un buen regateo no puede satisfacer a ámbas partes a la vez y también ámbas partes deben intercambiar además de los bienes y el dinero, menesteres de otro calibre que redunden en beneficios mútuos que fomenten más episodios de ese tipo, todo en un entorno de cordialidad y buen fin …

Con esa premisa de nuestros ancestros como base de nuestra actividad en caprichos queremos ir publicando temas, o simpatías que hagan que tu relación con nosotros sea algo más que una simple compra …

Por eso hoy os proponemos un cuento, otros días acertijos o adivinanzas … porque fomentan la ilusión por aprender o descubrir …


Dice el refrán: «tenga el juez una oreja para el denunciante, y la otra, para la otra parte»

Así que un mesonero de tiempos pretéritos había instalado en la calle una parrilla en la que se estaban asando unos pollos, cuando un hombre pasó por delante y, como no podía permitirse comprar uno, se puso a aspirar con deleite los efluvios que emanaba.

El mesonero se enfadó y pretendió cobrarle por ello. Como el otro se negaba lo llevó ante el juez de paz.

“¿Qué compensación pide usted?”, preguntó al mesonero.

“Un maravedí”, contestó éste.

“Deme un maravedí”, conminó el juez al aspirador.

Entonces picó tres veces con la moneda sobre la mesa y sentenció: “El aroma de los pollos del demandante queda pagado con el sonido del dinero del demandado”.


Siempre ponemos ilusión en lo que hacemos, pero en ocasiones ponemos una especial ilusión en nuestra página caprichos …

Si buscas ilusión quizás no la puedas comprar pero seguro que serás más feliz …